El presidente surcoreano Moon Jae-in pidió al presidente Biden que siguiera y mejorara la diplomacia de Trump con respecto a Corea del Norte.
Moon había presionado mucho para que Trump y el líder norcoreano participaran en dos cumbres.
La primera fue en Singapur en 2018 y dio como resultado que las dos partes firmaran la «Declaración de Singapur» en la que Estados Unidos y Corea del Norte acordaron tomar las medidas necesarias para rebajar las tensiones entre ambas naciones.
En la cumbre de Hanói del año siguiente, Trump se retiró al considerar que los negociadores norcoreanos no estaban dispuestos a suavizar sus ambiciones nucleares.
Pyongyang insistió en que la «desnuclearización» no se definiera como el fin del programa nuclear norcoreano, sino la eliminación de la presencia estadounidense en la península de Corea.
En declaraciones a la prensa, Moon lamentó que las cumbres entre Trump y Kim no hayan producido ningún resultado concreto.
El presidente surcoreano expresó su esperanza de que Biden continúe hablando con Corea del Norte y posiblemente llegue a un acuerdo pacífico ampliando la Declaración de Singapur.

«La declaración de Singapur bajo la administración de Trump fue una declaración muy importante para la desnuclearización y la construcción de la paz en la península de Corea…
Por supuesto, es muy lamentable que el [contenido de la] declaración siga siendo teórico debido a los fracasos para respaldarla con acuerdos concretos…
Pero si volvemos a empezar desde la declaración de Singapur y reactivamos las conversaciones sobre pasos concretos, es posible que la diplomacia entre Corea del Norte y Estados Unidos y entre Corea del Sur y Corea del Norte vuelva a ganar ritmo»,
dijo Moon en un comunicado.
Moon también propuso a Biden poner fin formalmente a la guerra de Corea
Aunque la guerra física entre las dos Coreas terminó en 1953, nunca se firmó un tratado de paz formal entre las dos partes: Corea del Sur y Estados Unidos por un lado contra Corea del Norte y China.
Tras las elecciones presidenciales del 3 de noviembre, Moon fue el primer líder internacional que habló con Biden y expresó su deseo de reunirse con el presidente electo en cuanto asuma el cargo. Considera que su administración está en la «misma longitud de onda» que la de Biden en algunos aspectos.
A pesar de las perspectivas positivas de Moon, un resultado favorable de una reunión Biden-Kim, si es que se produce, no parece posible en un futuro próximo.
Por un lado, ambas partes no se ven de forma positiva. Biden ha comparado a Kim con Adolf Hitler y ha criticado a Trump por hacerse amigo de «un matón».
En noviembre, Corea del Norte calificó a Biden de «perro rabioso» al que hay que «matar a palos», y señaló que esa medida podría ser incluso «beneficiosa para Estados Unidos».
Ante tales hostilidades, la mayoría de los expertos en seguridad no ven que se produzcan mejoras en la relación entre ambas partes.
Durante su campaña, Biden ya anunció que no se reuniría con Kim sin ninguna condición previa. En una entrevista con AFP, el ex analista de la CIA Soo Kim señaló que Corea del Norte está molesta por el cambio de liderazgo estadounidense.
«El régimen es consciente de que las perspectivas de una reunión de alto nivel con un líder estadounidense van a ser escasas ahora.
Esperamos un enfoque más sistemático y de principios hacia Pyongyang. Esto significa probablemente menos interacciones ad hoc y algún método para tratar con Kim»,
dijo Soo Kim en la entrevista.
Corea del Norte ha realizado seis pruebas nucleares en total, cuatro de ellas durante la administración Obama-Biden. El país realizó su sexta prueba en 2017, tras lo cual Trump puso estrictas sanciones a Corea del Norte.
Aunque Pyongyang ha realizado varias pruebas de misiles después de la fallida cumbre de Hanoi en 2019, nunca ha llevado a cabo otra prueba nuclear.