La ópera Kunqu es una de las formas más antiguas de ópera china. Se desarrolló a partir de la melodía local de Kunshan y posteriormente, llegó a dominar el teatro chino, desde los siglos XVI al XVIII.
Wang Ji, un escritor de la ópera Kunqu de la dinastía Ming, también fue conocido como Wang Yuzhou, por las generaciones posteriores. Una vez fue magistrado local en la prefectura de Heng, provincia de Guangxi.
Su obra Interlocked Rings, basada en la leyenda de Diao Chan, en Romance de los Tres Reinos, sigue siendo un repertorio muy conocido en el escenario de Kunqu.
Wang Ji hizo contribuciones sobresalientes al desarrollo de la Ópera Kunqu y ha sido llamado el «antepasado y maestro de la ópera china», ya que contribuyó mucho a su desarrollo.
Te compartimos una leyenda sobre Wang Ji.
El padre de Wang Ji, era un hombre rico, pero tacaño por naturaleza. Al lado de la casa de Wang había un mercado, cerca de un río. Había un puente sobre el río, que estaba en mal estado y nadie podía usarlo. Esto hacía que las cosas fueran muy difíciles para los aldeanos al viajar.
Un día, un viejo monje llegó a la puerta de Wang Ying, con la esperanza de que éste donara dinero para reparar el puente. Wang lo regañó con enojo y quiso ahuyentarlo, pero el monje seriamente, aún, le pidió dinero.
Wang le dijo: «¡Puedes ir al mercado para recaudar fondos en mi nombre!»
El monje insistió en pedirle a Wang que realizara este trabajo caritativo por él mismo.
La actitud sincera del monje, finalmente conmovió a Wang, por lo que aceptó donar cien taeles de plata para reconstruir el puente. Al mismo tiempo construyó una casa estilo pabellón junto al puente para que viviera el monje.
Wan admiraba mucho al monje, porque a pesar de tener una vida difícil, él siempre cumplía estrictamente con los preceptos. Poco a poco, los dos se hicieron amigos.
Diez años después, la esposa de Wang quedó embarazada. La noche antes de que ella diera a luz, Wang soñó que el que el monje entró tambaleándose en el tocador de su esposa, y en su sueño se puso furioso de repente.
Después de despertarse, escuchó el llanto de un bebé recién nacido, desde la habitación de su esposa, y el sirviente vino a informar que su esposa había dado a luz a un hijo y que toda la familia estaba encantada.
Temprano a la mañana siguiente, un sirviente llegó a informar que el monje había fallecido mientras estaba sentado en meditación. Wang Ying se sorprendió y se dio cuenta de que su hijo era la reencarnación del monje.
También llegó a comprender que él pudo tener descendencia, porque había seguido el consejo del monje, como hacer buenas obras, construir puentes y ayudar a los demás. Agradecido con el monje nombró a su hijo Wang Ji, en su honor.
Wang Ji fue amable y servicial durante toda su vida haciendo muchas donaciones caritativas.
La Pagoda Bailian, construida en la dinastía Song del Norte y destruida al final de la dinastía Yuan, fue reconstruida por él. Todavía hay un dicho hoy en día en Wuzhen, en honor al filántropo Wang Ji:
«Un templo taoísta, dos pagodas, nueve templos y trece conventos”.
La Pagoda Bailian es una de esas dos pagodas mencionadas.
Traducido por Joseph Wu y editado por Helen