Xi Jinping, quién se desempeño como secretario general del Comité Central del PCCh fue elegido Presidente de China en días pasados así como los órganos de dirección del Consejo de Estado. Cerca de 3,000 delegados asistieron para esta decisión.
La elección
A diferencia de otros países no se realizaron campañas para obtener votos entre los ciudadanos sino que son nombrados por la Mesa de la Asamblea Popular Nacional de China y después de una serie de protocolos, procedimientos y votaciones internas se elige al nuevo sucesor. En otras palabras todo el proceso se lleva a cabo al interior del Partido y son los grupos internos quienes deciden quién será este nuevo sucesor.
Xi Jinping de 59 años de edad, recibió con este nombramiento además la secretaria general del Comité Central del PCCh, a la Comisión Central del PCCh y la presidencia militar, en otras palabras es el hombre más importante en el Estado, el Partido y los militares (situación que no ha sido común en regímenes anteriores).
De acuerdo a los analistas, Xi Jinping quiere soñar en grande y medirse a sí mismo con la mayoría de las figuras dominantes del Partido Comunista Chino (PCCh). Así lo demostraron los primeros cambios del líder Xi con sus nuevas normas relativas al habla y la conducta por ejemplo.
“Hablar como una persona”
Sólo en China comunista, es necesario decirle a un funcionario que «hable como una persona», como Xi dio instrucciones a sus funcionarios. De ahora en adelante se espera que los funcionarios del Partido renuncien a la lectura de un guión largo o pronuncien un discurso ensayado que cita la doctrina del Partido que está lleno de aburridora jerga del Partido. En cambio, se espera que los funcionarios hablen un chino relativamente simple, de una manera más agradable, y más breve.
Xi ganó muchos aplausos con el cambio. ¿Nadie sabía? Las personas no quieren escuchar hablar monótonamente a los dirigentes de una forma en que nadie puede entender.
Si China tuviera una prensa libre, elecciones libres y un poder judicial independiente, estas reglas no serían necesarias.
Xi también estableció ocho nuevas reglas para el Politburó, conformado por 25 dirigentes del Partido de alto nivel. Estas ocho reglas parecen estar destinadas a traer este grupo de alto vuelo de nuevo a la tierra. Un ejemplo de los nuevos pedidos de Xi son:
1) Todos los miembros del Politburó están obligados a tomar un viaje de estudios para conocer la verdadera situación del país. En su viaje, no se les permite ser recibidos con una alfombra roja, una ceremonia de bienvenida organizada, o un banquete extravagante.
2) Las conferencias nacionales y grandes acontecimientos serán estrictamente controlados y reducidos. Sin autorización, los miembros del Politburó no deben asistir a ceremonias a las que hayan sido invitados. En este tipo de eventos, las reuniones deben ser más breves y sin discursos vacíos.
3) Informes y reportes sin sustancia no deben producirse y propagarse.
4) Cuando los integrantes del Politburó visiten países extranjeros, el número de delegados tiene que ser estrictamente controlado. Está prohibido en el aeropuerto, la movilización de estudiantes, investigadores visitantes y locales chinos para formar un comité de bienvenida.
5) La seguridad no debería interrumpir el tráfico, bloquear las carreteras, o cerrar los servicios.
6) Sólo cuando sea necesario las agencias de noticias deben informar de las actividades de los miembros del Politburó, con una duración y tiempo limitado para ello.
7) Sin disposiciones coordinadas por el Partido, los miembros individualmente no deberían publicar libros o discursos y no deben dar cartas de felicitaciones, autógrafos, o citas para publicidad.
8) Los miembros tienen que seguir estrictamente las normas en materia de vivienda, transporte y niveles de vida.
Los críticos creen que estas reglas van a tener poco impacto, dicen que son difusas, y muy pocas personas u organizaciones tienen alguna forma de monitorear a las 25 personas más poderosas del país.
Bajo el actual sistema político de China, el autoexamen y la disciplina demostraron ser inútiles para ser un medio de contención ante el abuso y la corrupción; «una apelación al carácter moral no es garantía para que estas nuevas reglas sean obedecidas». Por otra parte, la solución no es una nueva normativa, sino un nuevo sistema. Si China tuviera una prensa libre, elecciones libres y un poder judicial independiente, estas reglas no serían necesarias.
Fuente: La Gran Época
Pienso que las reglas que plantea el presidente Xi Jinping son un buen comienzo y un acercamiento al pueblo chino, una mirada a sus necesidades y un aprendizaje que puede ser invaluable para los funcionarios actuales, ya que estos no llevan una vida muy honesta y están envueltos continuamente en actos engorrosos y de corrupción que en dejan en un mal concepto la presente política de la nación.
¡ Gracias por tus comentarios Adrian !
La Editorial