Por Helen London
La habilidad más importante que debe desarrollar un arquero es el buen carácter. En la antigüedad, un hombre llamado Gan Ying destacaba en la arquería. En cuanto colocaba una flecha en el arco y tiraba de la cuerda, las bestias se quedaban inmóviles y los pájaros caían del cielo.
Cuando Fei Wei se enteró de estas habilidades, acudió a aprender tiro con arco de Gan y, al terminar, parecía más hábil que su maestro debido a su buen carácter.
Cuando Fei regresó a casa, su reputación de buen arquero se extendió gradualmente. Un hombre llamado Ji Chang fue a aprender arquería por admiración a Fei. En la primera lección, Fei le enseñó a no parpadear.
Así que después de volver a casa, Ji durmió bajo la máquina de tejer de su mujer, practicando diligentemente mirando con los ojos abiertos las lanzaderas de tejido.
Dos años más tarde, sus párpados no parpadeaban, incluso si se le rozaban las pestañas con la punta del pincel. Ji pensó que había terminado la tarea asignada y fue a decirle a Fei.
Sin embargo, Fei negó con la cabeza y dijo:
“Aprender a no parpadear no es suficiente para el tiro con arco. También debes aprender a observar los objetos. Debes ver los objetos pequeños tan claramente como ves los grandes y ver los objetos pequeños como significativos. Puedes decirme cuando hayas alcanzado ese nivel”.
Cuando regreso a casa, Ji colgó un bichito de pelo largo bajo la ventana, mirándolo todos los días. Poco a poco se hizo más grande a los 10 días y tan grande como una rueda tres años después.
Finalmente, cuando observó otros objetos, los más pequeños se volvieron tan grandes como una enorme montaña. Entonces Ji tomó un arco y una flecha para disparar a ese bicho. Como resultado, le atravesó el centro con la primera flecha.
Se lo comunicó a Fei de inmediato, y éste le dijo con alegría:
«Has captado y dominado completamente las habilidades del tiro con arco».

El buen corazón es la única flecha genuinamente invencible
Después de adquirir sus magníficas habilidades de tiro con arco, Ji pretendía ser reconocido como el maestro indiscutible y por eso decidió matar a Fei para lograr su deseo. Un día, se encontraron en la montaña.
Ji lanzó una flecha a Fei y éste le devolvió el disparo. Sus flechas chocaban en el aire y caían al suelo cada vez. Cuando las flechas de Fei se agotaron, a Ji aún le quedaba una y se la disparó a Fei.
Al enfrentarse a la flecha voladora, Fei cogió tranquilamente un tallo de hierba del suelo para defenderse, empujando con éxito el eje de la flecha hacia abajo.
Ji se dio cuenta de que el nivel de arquería de su maestro era muy superior al suyo. Así que se arrodilló llorando, pidiendo a Fei que le perdonara.
Fei también se arrodilló con lágrimas en los ojos. Finalmente, acordaron seguir adelante con su relación padre-hijo, establecer una alianza y mantenerla amistosa para siempre.
¡Un buen corazón es la única flecha genuinamente invencible!