Por Max Lu
Todo el mundo envejece, pero ¿cómo pueden los ancianos envejecer con gracia sin convertirse en una carga para sus hijos?
Tradicionalmente, los chinos creían en el concepto de «criar a los hijos para cuidar de uno mismo en la vejez, sin embargo, hoy en día este dicho puede no ser tan práctico.
En esta era hay una tendencia a tener menos hijos en las familias, muchas parejas jóvenes optan por tener un solo hijo o ninguno.
Equilibrar el cuidado de los padres por ambas partes y mantener al mismo tiempo la propia vida puede llegar a ser abrumador. Cuando ambos padres requieren atención, la presión sobre la generación más joven puede ser inmensa. Por eso, cuando encontré este artículo, me pareció esencial compartirlo, sobre todo para quienes se acercan a la jubilación.
Descubrir la esencia de la vida: El sistema del «Banco del Tiempo»
Mientras estudiaba en Suiza, alquilé una casa cerca de mi universidad. Mi casera, Christina, era una maestra de escuela jubilada de 67 años. Gracias al generoso sistema de pensiones suizo, tenía una buena jubilación. Sorprendentemente, aceptó un «trabajo»: cuidar a una mujer de 87 años.
Cuando se le preguntó si trabajaba por dinero, su respuesta fue esclarecedora: «No trabajo por dinero, sino depositando mi tiempo en el ‘Banco del Tiempo’. Cuando ya no pueda moverme, podré retirarme de él».
La primera vez que oí hablar de este concepto, me intrigó profundamente. El Banco del Tiempo, desarrollado por la Seguridad Social Suiza, permite a las personas depositar el tiempo que dedican a cuidar ancianos cuando son jóvenes. Este tiempo puede retirarse cuando ellos mismos envejecen o enferman.
Para ello, los solicitantes deben estar sanos, ser buenos comunicadores y tener abundancia de amor y tiempo. Sus horas de servicio se registran en cuentas individuales de la Seguridad Social.
Christina visitaba a Lisa, la mujer a la que cuidaba, dos veces por semana durante dos horas, ayudándola a hacer la compra, ordenar la habitación, tomar el sol y charlar. Al cabo de un año, recibió su «Tarjeta del Banco del Tiempo», con la que puede retirar «tiempo e intereses».
Un día, Christina me llamó tras una caída. La llevé rápidamente al hospital. Como tenía que guardar cama por una fractura de tobillo, me disponía a pedir permiso para cuidarla. Sin embargo, ella me aseguró que había solicitado la baja en el Banco del Tiempo. Al cabo de un par de horas le enviaron un cuidador.
Durante el mes siguiente, la cuidadora cuidó diligentemente de Christina. Una vez recuperada, solicitó cuidar a otras dos personas mayores, con el objetivo de depositar más tiempo en el Banco de Tiempo para sus necesidades futuras.
La creciente popularidad de la banca a plazo fijo en Suiza
Hoy en día, el sistema del Banco del Tiempo se ha convertido en una tendencia popular en Suiza. No sólo ahorra al país gastos de asistencia a personas mayores, sino que también aborda varios problemas sociales. Un número significativo de ciudadanos suizos respalda este sistema.
Una encuesta realizada por instituciones suizas de atención a las personas mayores mostró que más de la mitad de los jóvenes suizos desean participar en este tipo de servicio.
El Gobierno Suizo incluso ha legislado a favor del sistema de bancos de tiempo. Con el creciente número de personas mayores con el nido vacío, este problema se está convirtiendo en un reto social. El Banco del Tiempo Suizo podría ser una lección invaluable para todos nosotros.
¿Te animarías a implantarlo en tu país? Recuerda: un pequeño movimiento, puede cambiar la vida de alguien.