Buster Keaton fue uno de los padres fundadores de la comedia visual.
Han pasado más de 100 años desde que apareció por primera vez en la pantalla, y todavía hay mucho que podemos aprender de él.
En un ensayo en video de Tony Zhou, a través de su antiguo pero informativo canal Every Frame a Painting, explora el arte y el pensamiento detrás de los chistes de Keaton.
Como regla general, la buena comedia visual se cuenta a través de la acción, y Keaton para ello usaba gestos y pantomima.
Este comediante prefería usar la menor cantidad posible de subtítulos a lo largo de su trabajo, ya que creía firmemente en contar la historia a través de la acción.
Pensó en que cada acción debería ser única y sólo usarse una vez, y que cada caída era una oportunidad para la creatividad.
Encontrar el ángulo de cámara correcto fue clave para la pantomima.
Los chistes visuales generalmente funcionan mejor desde un ángulo en particular, por lo que cambiar el ángulo significaba cambiar el chiste.
El mundo de Buster es plano y sigue una regla: si la cámara no puede verlo, tampoco el personaje.
Así que crea chistes que tienen sentido visual, pero no lógicamente.
Los personajes pueden moverse hacia arriba, abajo, derecha o izquierda hacia la cámara o alejarse de la cámara, creando humor dentro de la geometría.
Como así también la cámara estaba colocada lo suficientemente atrás para que la broma pueda ser apreciada.
Diferentes maneras de hacer reir
Mi tipo favorito de chistes eran los «Impossible Gags» (Broma imposible)de Keaton.
Estos eran los que tenían sus raíces en el vodevil, y se realizaban como trucos de magia. Muy inventivo y al borde de lo surrealista a veces, estos chistes como narrador son los que más me atrapan.
Para los largometrajes, Keaton pasó a «Natural Gag» (Broma natural), ya que sintió que la historia tenía que ser creíble o no se mantendría.
Un «Natural Gag» es una broma que surge orgánicamente del personaje y la situación.
A Keaton le gustaba mantenerse abierto a la improvisación: tendría el 50 por ciento en mente antes de salir, y el otro 50 por ciento lo desarrollaría durante la filmación.
Algunos chistes salían bien y los usaba de nuevo más tarde. Otros no funcionaban como él había planeado, por lo que finalmente los desechaba.
La regla más famosa del Buster Keaton era: nunca finjas una broma.
Este excelente actor, quería que su audiencia confiara en que la broma era real, así que por esta razón nunca haría un corte. Conseguía que el chiste se terminará de una sola vez o descartaría la escena.
Por esto, es recordado no solo por su habilidad, sino también por su integridad.
Y tal como dicen en el video:
«Ningún avance en tecnología puede imitar esto».
Es verdad. Buster Keaton nos da de sí mismo lo verdadero.