Zhang Yuhui fue uno de los primeros en intentar que el pueblo chino tenga su propio medio de comunicación libre y sin censura.
El ex editor en jefe de La Gran Época en China, fue condenado a 10 años de prisión por trabajar en un periódico no controlado por el partido comunista chino (PCCh).
Una fotografía de Zhang, una carta a su esposa, y una carta al Congreso de EE.UU., que fueron sacadas de contrabando desde la prisión por reclusos en 2004, forman parte de los pocos registros de su vida durante la última década.
Debido a su imposibilidad de comunicarse con el mundo exterior, con su esposa o sus dos hijos, su situación actual es desconocida, aunque se sabe que fue torturado por las autoridades chinas en los primeros años de su detención.
Las llamadas a la prisión Shi Hui en la provincia de Guangdong, en donde se encuentra detenido Zhang, no fueron devueltas.
Pagar por la fé
Huang Kui, un ingeniero que ahora vive en Illinois, fue uno de los 10 miembros del personal de La Gran Época detenidos con Zhang el año 2000. Él trabajó con Zhang antes de la detención y fue enviado a la misma prisión, en donde permaneció cinco años.
Huang practica Falun Gong, una meditación china basada en los principios de verdad, benevolencia y tolerancia. La práctica fue prohibida por el PCCh en 1999, poco después que una encuesta estatal calculaba que había al menos 70 millones de practicantes en China
Siendo estudiante de doctorado en la Universidad de Tsinghua en Beijing, conocido como el «MIT Chino», fue suspendido el año 2000 por sus creencias. No mucho después, escuchó de alguien que estaba iniciando un periódico en la web llamado La Gran Época, o «Dajiyuan” en chino.
«El sitio web podía presentar noticias sin censura para la gente, especialmente para los chinos, porque ellos no tienen acceso a las noticias sin censuras»,
dijo Huang por teléfono desde Illinois. En septiembre de 2000, se unió al equipo de Beijing y trabajó en la sección de noticias internacionales. Más tarde, se trasladó a la ciudad de Zhu Hai, en la provincia de Guangdong, al sur de China, donde conoció a Zhang, editor en jefe de la edición China.
Llega la policía
En diciembre de 2000, mientras trabajaban en el sitio web de noticias, escucharon un suave golpe en la puerta. «Cuando abrí la puerta, habían más de 10 policías esperando ahí», recuerda Huang.
La policía registró la casa durante varias horas, confiscó sus computadoras, y arrestó a ocho miembros del personal de La Gran Época. Otra persona fue detenida poco tiempo después, y Zhang fue arrestado dos días más tarde cuando intentaba huir de la ciudad.
En total, fueron detenidos más de 30 miembros del personal de La Gran Época en China durante diciembre de 2000.
Libertad de prensa
El despótico estado de la prensa en China no es ningún secreto. En un ranking de libertad de prensa elaborado el año 2009, China ocupó el puesto 168 de 175 según Reporteros sin Fronteras, colocándose a sólo 7 puestos de ser el peor país del mundo en este sentido.
La Federación Internacional de Periodistas también tiene una lista de casos de abuso contra los medios de comunicación en China.
Su boletín de junio de 2010 incluye agresiones contra periodistas en la provincia de Guangzhou y una lista de prohibiciones a los medios de comunicación emitida por el Departamento Central de Propaganda del PCCh.
La Federación afirma que el editor en jefe del China Economic Times, Bao Yueyang, fue degradado el 12 de mayo, luego que escribió acerca de las vacunas defectuosas del gobierno que causaron la muerte de varios niños en la provincia de Shanxi.
Dice además que la revista Business Watch Magazine fue cerrada temporalmente por la Administración General de Prensa y Publicaciones del PCCh, del 4 al 31 de mayo después que publicaran un artículo sobre la corrupción gubernamental.
Dajiyuan
El sitio web de La Gran Época fue iniciado en 2000 por inmigrantes chinos que viven en Atlanta, con la ayuda del equipo de Zhang en China. Comenzaron con la misión de crear un periódico independiente en lengua china que no pudiera ser censurado. Esa misión de llevar los beneficios de la libertad de prensa a China los convirtió en un blanco para el PCCh.
El inicio de La Gran Época presentó un desafío directo al PCCh, ya que el equipo de Zhang informaba directamente desde el interior de China, con especial énfasis en las historias que no se les permitía cubrir a los medios de comunicación controlados por el Estado.
Ofrecía también una plataforma para los chinos fuera del país que deseaban escribir en su lengua nativa para los medios de comunicación sin censura.
Aunque la gente en China podía utilizar programas como Ultrasurf y Freegate para eludir los bloqueos de Internet y leer La Gran Época, tanto la web como las ediciones impresas están prohibidas en China. En los últimos 10 años, La Gran Época se ha extendido a 33 países y ha establecido ediciones en 17 idiomas, proporcionando noticias y opiniones sin censura en todo el mundo, pero no en China, al menos no abiertamente.
Prisión y tortura
Después de que los 10 miembros del personal de La Gran Época fueron detenidos en diciembre de 2000 en la ciudad de Zhu Hai, enfrentaron casi medio año de continuos interrogatorios.
«Cambiaban a los policías varias veces», dijo Huang. «Me preguntaban detalles sobre nuestro trabajo en el sitio web. A veces me insultaban. Algunos días me insultaban durante ocho horas seguidas. Fue horrible».
A Zhang le fue aún peor. Meses más tarde, cuando les entregaron la sentencia, Huang fue condenado a cinco años en prisión y Zhang a 10 años.
Los dos fueron enviados a la prisión de Si Hui de la provincia de Guangdong el 2000, sin embargo, no supieron el uno del otro de ellos hasta el año 2003. Los guardias los vigilaban de cerca y también utilizaban otros presos para controlarlos y evitar que se comunicaran.
Zhang no pudo hablar durante mucho tiempo. Cuando finalmente pudo comunicarse con Huang, le contó que había sido torturado por las autoridades del PCCh. Fue la última vez que Huang pudo ver a su amigo.
Métodos de torturas
Entre los métodos de tortura utilizados había uno parecido a la crucifixión. El sujeto es obligado a recostarse sobre un tablón de madera. Sus brazos extendidos y atados fuertemente hacia los lados, y sus talones atados a ambos lados de la plancha de madera.
Los chinos se refieren al método de tortura como «El Avión», pero también es llamado el «lecho de muerte». Las víctimas a menudo permanecen en esta posición por varios días.
Zhang tenía 30 años cuando fue detenido por el PCCh. Como en la última década no ha podido cuidar a su familia, su esposa y sus dos hijos pequeños han luchado para salir adelante en Estados Unidos.
La situación en la cárcel fue difícil. Huang explicó que él y los otros prisioneros realizaban trabajos forzados durante 16 y 18 horas diarias, haciendo de todo, desde flores de plástico hasta cadenas de luces de Navidad.
En un momento, cuando un cargamento de pistachos llegó desde Estados Unidos, los presos fueron obligados a abrir las cáscaras de estos con unos alicates grandes.
«Los alicates dejaron grandes ampollas en mis manos, muy doloroso», recuerda Huang.
Lavado de cerebro
Debido a que practica Falun Gong, sesiones de lavado de cerebro fueron una parte regular de la sentencia de Huang. Se vio obligado a ver vídeos de propaganda difamando a Falun Gong y leer los materiales emitidos por el estado promoviendo el odio contra el grupo. «Trataron de hacerme renunciar a mis creencias», dijo.
Huang fue liberado a fines de 2005, y se le concedió una beca para la Universidad de Ohio en 2008. Después de obtener su título de maestría en ingeniería mecánica, encontró trabajo en Illinois.
Compartió su esperanza de que Zhang sea liberado en la fecha programada para este mes, pero señaló que:
«Incluso su esposa no sabe mucho sobre su situación actual”. «Sabemos que la salud de Zhang no es buena»,
añadió.
Huang dijo que las detenciones de él y los otros nueve miembros del personal La Gran Época «no tiene fundamento en la ley china”. Su detención representa «una pérdida muy grande para la libertad de los medios de comunicación chinos», dijo.
«[La Gran Época] fue un primer intento para que el pueblo chino tuviera su propio medio de comunicación libre, sin censura del partido comunista chino», concluyó Huang.