Dorothy Eady: Una mujer reencarnada de una antigua sacerdotisa egipcia

Por Viena Abdon

La reencarnación es una idea mística que fascinó a la gente durante mucho tiempo, sin importar de dónde vengan o en qué crean. Es la creencia de que las almas pueden volver a nacer en nuevos cuerpos, como en este caso, de la historia de Dorothy Eady.

Este misterioso concepto ha interesado a eruditos, pensadores religiosos y filósofos que desde siempre intentaron comprender su profundo significado. Historias y leyendas de diversas culturas dan pistas sobre cómo las almas pueden empezar nuevas vidas en cuerpos diferentes.

¿Qué es la reencarnación?

Según el concepto de reencarnación, el alma de una persona puede nacer en un nuevo cuerpo, desafiando las perspectivas convencionales sobre la vida y la muerte. A lo largo de la historia, las civilizaciones antiguas emplearon rituales especiales, como la conservación de los cuerpos o el proceso de momificación, para facilitar la resurrección de figuras veneradas, incluidos monarcas, reinas y líderes estimados.

Al examinar los vestigios del pasado, salen a la luz descubrimientos asombrosos. Abundan los relatos de personas que rememoran recuerdos de vidas pasadas, y algunas incluso llevan marcas de nacimiento o cicatrices que dan certeza de que esas encarnaciones anteriores existieron.

Además, las tendencias de comportamiento y los miedos que manifiestan las personas se atribuyen en ocasiones a sus experiencias vitales pasadas.

¿Experimentaste alguna vez una sensación de familiaridad al encontrarte con alguien o visitar un lugar, a pesar de saber que nunca antes lo habías visto?

Algunas personas consideran este fenómeno un indicio más de reencarnación.

A lo largo de la historia, las civilizaciones antiguas emplearon rituales especiales, como la conservación de los cuerpos o el proceso de momificación, para facilitar la resurrección de figuras veneradas, como monarcas, reinas y líderes estimados. (Imagen: a través del Museo Británico)

Las creencias egipcias sobre la reencarnación

Egipto, un país impregnado de un rico patrimonio cultural y una historia antigua, mantiene creencias que se remontan a tiempos remotos. Su sistema de creencias gira en torno a numerosos dioses, que representan distintos aspectos del mundo natural, tal y como se describe en los estudios mitológicos.

Con el paso del tiempo, sus creencias han evolucionado, pero aún se mantienen firmes en que la reencarnación es un fenómeno natural que puede ocurrir hoy en día.

El concepto de renacimiento en Egipto ha sido moldeado por su arraigada cultura centrada en dioses y diosas. Los antiguos egipcios concedían gran importancia al ciclo de la vida y destacaban la importancia de mantener el equilibrio y el orden. Esta perspectiva se extiende a su comprensión del ciclo vital, que abarca la muerte, el renacimiento y la práctica de la momificación.

Según las creencias egipcias, cuando las personas fallecen, siguen existiendo en otro reino mientras mantengan el orden, o «ma’at». Este proceso implica la conservación meticulosa de los cuerpos humanos mediante la momificación, en la que se inscriben hechizos únicos en los ataúdes y se colocan amuletos protectores para garantizar el paso seguro a la otra vida.

El renacimiento de una mujer del antiguo Egipto

A lo largo de la historia de la humanidad existieron muchas historias fascinantes sobre la reencarnación, y un ejemplo notable es el de Dorothy Louise Eady. Dorothy Eady, una mujer irlandesa, afirmó que era la reencarnación de una antigua sacerdotisa egipcia. Su extraordinaria historia captó la atención del público, suscitando conversaciones e investigaciones exhaustivas en todo el mundo.

Dorothy Eady nació en Inglaterra en enero de 1904 y tuvo una infancia normal hasta que ocurrió un incidente peculiar cuando tenía tres años. Se cayó por unas escaleras y el médico creyó que había muerto. Sin embargo, para asombro de todos, cuando el médico fue a reclamar su cuerpo, encontraron a la joven Dorothy viva y jugando en su cama. Tras este incidente, su familia notó un cambio en su comportamiento.

La niña empezó a tener visiones vívidas de la construcción de estatuas y enormes muros, que ella creía que eran su hogar. Estas visiones se convirtieron en un tema prominente en sus sueños, y ella se volvió insistente, incluso haciendo berrinches, pidiendo a sus padres que la llevaran de vuelta a su supuesto hogar.

El comportamiento inusual de Dorothy Eady persistió, y otro acontecimiento significativo ocurrió cuando su familia visitó un museo británico. Aunque se esperaba que la visita fuera aburrida para los niños, la experiencia de Dorothy Eady fue todo lo contrario. Mostró un gran interés y admiración por el museo. Los artefactos conservados de momias la conmovieron profundamente, hasta el punto de que pidió a su madre que la dejara en paz, alegando que aquella era su gente.

El misterio de la vida pasada de Dorothy Eady

Su comportamiento inusual continuó durante su vida adulta. En 1933 se casó con un egipcio llamado Abdel Maguid, cumpliendo así su sueño de estar en Egipto. Tuvieron dos hijos, uno de ellos llamado como un faraón del antiguo Egipto, Seti I. Sin embargo, su vida familiar no era su principal objetivo. Siguió estudiando egiptología y empezó a escribir un libro llamado Hor-Ra, utilizando jeroglíficos.

Hor-Ra era una historia sobre la vida pasada de una joven llamada Bentreshyt, que se creía reencarnada en Dorothy Eady. En su vida anterior, Bentreshyt perdió a su madre cuando sólo tenía tres años y fue criada por una sacerdotisa en el templo de Kom al-Sultan. Cuando cumplió 12 años, tuvo que decidir si quería aventurarse en el mundo exterior o seguir siendo una devota seguidora de la diosa Isis.

Bentreshyt se cruzó con Seti I durante su estancia en el templo, y desarrollaron un fuerte vínculo que acabó convirtiéndose en una relación romántica. Bentreshyt quedó embarazada y confesó su situación al sumo sacerdote. Esta revelación provocó un gran escándalo y fue castigada con la muerte. Al no querer afrontar las consecuencias de un juicio, optó por quitarse la vida.

Dorothy Eady en el Templo de Abydos. (Imagen: vía Dominio Público)

Dorothy Eady lucha por defender su fe

Dorothy Eady ansiaba regresar al lugar que creía su verdadero hogar, pero no le resultaba fácil. No todo el mundo comprendía sus creencias, y muchos chismorreaban sobre ella mientras rezaba en la Gran Pirámide. Sin embargo, algunos la respetaban por su fe inquebrantable en la diosa egipcia.

Dorothy Eady también estaba decidida a estar en Abydos, que creía que era el templo de Sety, una persona a la que había servido en una vida anterior. Estar allí le trajo muchos recuerdos. A pesar de sus esfuerzos por descubrir hechos históricos, no le pagaban mucho. Sin embargo, no dejó que eso la detuviera y continuó su trabajo en el lugar con el que sentía una sólida conexión desde su vida pasada.

Firme en sus convicciones

En abril de 1981, la mujer llamada Dorothy Eady falleció en Abydos. Sorprendentemente, las autoridades locales no la enterraron en la tumba que ella misma había preparado. En su lugar, la enterraron en el desierto, a las afueras de un cementerio Coptic. Dorothy Eady no tenía miedo a morir. En una ocasión dijo que no temía a la muerte y que haría todo lo posible por enfrentarse al Juicio Final.

Siempre habrá retos, luchas y dificultades cuando se defiende aquello en lo que se cree. Sin embargo, los que se mantienen fuertes a pesar de enfrentarse a numerosas acusaciones son los que tienen una fe profunda.

La reencarnación representa una oportunidad para empezar de nuevo, pero no todo el mundo la tendrá. Por eso es esencial valorar cada momento de la vida, y no tomar nada como casual, ya que cada acontecimiento tiene un significado.

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