Por Des Ford —
En la década de 1960, cuando los astronautas trabajaban en la Luna, necesitaban un reloj de pulsera resistente.
Después de probar muchos, la NASA descubrió que el Omega Speedmaster, y su movimiento particularmente sólido, tenía las condiciones adecuadas.

Desde entonces, ese reloj ha estado en la muñeca de cada astronauta del Géminis y el Apolo hasta el Skylab y el transbordador.
Su movimiento, ahora conocido como el Calibre 1861, ha tenido algunos cambios a lo largo de los años para mejorar su precisión, pero la NASA lo evalúa en cada nueva misión, y sigue teniendo el movimiento más enérgico probado en la historia.

Incluso realizó algunas tareas que esos ingenieros neuróticos no podían haber previsto:
Después de apagar sus computadoras para ahorrar energía, la atribulada tripulación del Apolo 13 navegó de vuelta a la Tierra usando sus Speedmaster manuales de cuerda.
Fuente: Wired
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