Esta es una historia de la antigua China.
Había una vez un maestro taoísta que era conocido por su extraña habilidad para resolver problemas difíciles para las personas.
Dos jóvenes, que trabajaban juntos en una determinada empresa, decidieron ir a verlo, ya que ambos tenían una pregunta en sus corazones que simplemente no podían resolver por sí mismos.
Un tazón de sabiduría
Una vez dentro de la vivienda del maestro, uno de los jóvenes dijo:
– “Maestro, nuestros problemas son iguales. Ambos somos empleados de la misma empresa y a los dos nos están tratando mal en el trabajo. Díganos si deberíamos renunciar a nuestro empleo».
El sabio cerró los ojos. Luego meditó un rato. Los dos hombres esperaron con calma hasta que finalmente, abrió los ojos y respondió con solo cinco palabras:
– «Sólo un tazón de arroz».
Después de agradecer al sabio, se fueron. Reflexionaron sobre las palabras del sabio mientras caminaban de regreso a la ciudad.
Después de un rato, uno de ellos preguntó:
– «¿Qué crees que quiso decir el maestro?»
Poco después, el otro respondió:
– «Bueno, es bastante evidente que el tazón de arroz significa nuestras comidas diarias».
– «Estoy de acuerdo»,
comentó el primer hombre.
– «Creo que nos estaba diciendo que nuestros trabajos no son más que un medio para un fin».
El otro dijo:
– «Estoy de acuerdo, la verdad del asunto es que eso es lo que obtenemos por nuestro trabajo; nuestras comidas diarias».
Satisfechos con la respuesta que recibieron del maestro, volvieron a su lugar de trabajo.
En consecuencia, uno de ellos se quedó en la empresa, mientras que el otro renunció. Se fue de la ciudad hacia el campo adonde aprendió a cultivar.
Después de trabajar duro durante varios años, se convirtió en un granjero exitoso. Aprendió sobre la importación de semillas de alta calidad de su firma anterior y logró el éxito.
Sus frutas y verduras eran conocidas por ser las mejores de la región.
Al que permaneció en la empresa también le fue bastante bien. Se convirtió en un hombre cambiado. Asumió tareas difíciles y demostró una gran paciencia en el manejo de conflictos.
Fue cada vez más competente y ascendió a un puesto directivo.
La diferencia en la percepción
Un día, los hombres se encontraron nuevamente. Reconocieron que sus caminos eran muy diferentes entre sí, pero sus decisiones se basaron en la misma respuesta que el maestro había dado.
Ambos tuvieron éxito, por lo que comenzaron a reflexionar sobre cuál de sus caminos fue el más correcto.
– «¿Porqué renunciaste?»
preguntó el gerente
– «¿No es obvio?»
el granjero respondió
– “Acepté sus palabras al instante. Mi tarea era trabajar para mis comidas diarias, entonces, ¿por qué presionarme para quedarme en una situación en la que no quería estar, solo por un plato de arroz? Partir fue lo correcto para mí».
Luego le preguntó a su amigo
– «¿Por qué te quedaste?»
El gerente sonrió e indicó:
– «También para mi estuvo claro; un trabajo es solo un trabajo y no es más que un tazón de arroz, entonces, ¿Por qué tendría que estar tan ansioso por eso? Comprendí que no era necesario que me pusiera tan ansioso. No tuve que tomar los conflictos laborales personalmente, así que me quedé. ¿No quiso decir eso el maestro?»
– «Ahora estoy completamente perplejo»,
dijo el granjero.
– “¿Qué camino dijo el maestro que deberíamos tomar, el tuyo o el mío? Vamos a verlo de nuevo para tener algo de claridad».
Se fueron a ver al maestro otra vez y le explicaron por qué estaban allí. De nuevo el maestro cerró los ojos y meditó. Los dos hombres esperaron con calma como antes.
Después de un rato, el maestro abrió los ojos. Dijo su respuesta, nuevamente en solo cinco palabras
– «Sólo una diferencia de pensamiento».
El Tao
Parece que el maestro les dio una respuesta bastante peculiar.
¿Por qué no especificó cuál era el camino correcto?
Los dos hombres tomaron dos caminos diferentes, pero ambos lograron el éxito. ¿Podría ser que el sabio les estaba dando una pista? La verdad es que la naturaleza no tiene agenda y el Tao permite que las cosas sucedan naturalmente.
Al igual que los ríos que surgen sobre la tierra hacia el mar, de manera similar, nuestras vidas también se pueden comparar con los ríos que naturalmente anhelan regresar a la fuente.
A pesar de que nuestros caminos parecen tener poco en común, pueden conducirnos hacia el mismo destino, es decir, el origen.
¿Estaba diciendo el maestro que una forma es más correcta que la otra?
El Camino, según los antiguos taoístas, es tan imparcial y sublime como la naturaleza misma y no contempla los detalles de tu camino.
Una pequeña diferencia en el pensamiento puede hacer una gran diferencia en el resultado. Ambos hombres en la historia tomaron la decisión correcta y fueron bendecidos con buena fortuna.
Sin embargo, no significa automáticamente que todas las rutas sean igualmente correctas.
Aunque podemos tomar muchos caminos diferentes hacia el mismo destino, hay tantos caminos que nos pueden llevar más allá de la meta.
Los Taoístas creen en dejar que las cosas se desarrollen naturalmente. Un impulso resulta en una idea que luego forma un pensamiento, el cual finalmente se manifiesta como una acción.
De esta acción, se gana la virtud o el karma, dependiendo del resultado. Es por eso que cultivar la tranquilidad de la mente es tan crucial en la vida.
