En 1974, cuando un grupo de agricultores estaba cavando un pozo en Xi’an, provincia de Shaanxi, en el noroeste de China, lejos estaban de imaginarse que estaban a punto de toparse con uno de los descubrimientos arqueológicos más grandes e importantes del mundo. La figura de arcilla de 2000 años que encontraron resultó ser uno entre todo un ejército de soldados de terracota y caballos en la tumba del primer emperador chino Qin Shi Huang. Este descubrimiento es conocido hoy como «los guerreros de terracota«.
Un emperador poderoso
Nacido en un tiempo en que China estaba dividida en estados en guerra, Qin Shi Huang fundó la dinastía de Qin, que tuvo una corta duración (221-207 A.C.E), y se convirtió en el primer emperador de una China unificada. A lo largo de un reinado lleno de derramamiento de sangre, los muchos logros de Qin Shi Huang incluyeron hacer de los siete estados en guerra una nación imperial, construir la Gran Muralla y estandarizar peso, medidas y moneda.
Pero su mayor legado es su mausoleo, un elaborado palacio subterráneo que representa su poder y supremacía. Desde el momento en que el Primer Emperador ascendió al trono a la edad de 13 años, una fuerza laboral de 700.000 hombres llevó a cabo la construcción de un enorme ejército de exquisitas figuras en terracota muy cerca de la tumba para acompañar su entierro y protegerlo en el más allá.
Los guerreros de terracota
Los arqueólogos chinos han excavado tres pozos importantes cerca de la tumba del emperador donde se halla el ejército de terracota, revelando más de 8.000 soldados, 130 carros con 520 caballos y 150 caballos de caballería. Estos soldados fueron descubiertos en largas filas en verdadera formación militar para guardar la tumba del emperador y protegerlo en el más allá.
A pesar de las cifras, las esculturas de tamaño natural exhiben una increíble individualidad, con diferentes alturas y distintos rasgos uniformes, capilares y faciales. Algunas figuras llevaban gorras y túnicas sueltas, otras tenían el pelo trenzado y llevaban chalecos blindados, y todos estaban estratégicamente posicionados de acuerdo con su rango.
Después de la muerte del emperador de la dinastía Qin, numerosas figuras de terracota fueron vandalizadas y quemadas. Se ha realizado una cuidadosa restauración para reconstruirlas. Dentro de las fosas que contienen guerreros de terracota, los arqueólogos también han descubierto más de 40.000 armas de bronce, como lanzas, ballestas y puntas de flecha, que parecen permanecer muy bien conservadas.
El legado del Primer Emperador revela mucho sobre la historia de China, así como la sofisticación de la antigua artesanía y su avanzada tecnología de metalurgia hace 2.000 años.
Las técnicas de excavación arqueológica de hoy en día son inadecuadas para asegurar la protección de la cámara de entierro del emperador Qin. Por lo tanto, sigue siendo un mausoleo subterráneo intacto e inexplorado, dejando intactos muchos secretos y maravillosos tesoros enterrados en su interior.
Pero el emperador Qin Shi Huang siempre será recordado como una importante figura de la historia de China —el fundador del primer imperio unificado, la dinastía Qin, y creador de extraordinarias maravillas arquitectónicas.
Escrito por Peter Wu y traducido por Lucy Wu
Historia original: http://www.visionmagazine.com.au/