Hay una leyenda que explica por qué durante el Festival de Año Nuevo chino las puertas están decoradas con coplas o frases escritas sobre papel rojo (chun lian), la gente usa ropa roja, se hacen estallar petardos y las familias preparan dumplings.
La leyenda comenzó hace unos 4.000 años, y cuenta que había un monstruo malvado llamado Nian (Shou nián) que comía a la gente, los cultivos y el ganado en el último día de cada año. La gente trató de luchar contra el monstruo, pero sin éxito. La única manera de sobrevivir era abandonar el pueblo y refugiarse en las montañas.
Se dice que la víspera de Año Nuevo chino, cuando la mayoría ya había dejado el pueblo, una anciana cuyo marido estaba demasiado enfermo para moverse decidió quedarse. Mientras estaba cocinando, un monje mendicante llamó a la puerta pidiendo por comida. La anciana sintió pena por él, así que lo invitó a pasar y le dio un poco de la comida que acababa de preparar.
Después de comer, el mendigo le preguntó: «¿Por qué no hay nadie más en el pueblo?» La anciana le contó sobre Nian. «¡No te preocupes!», dijo. «Puedo ayudarte a repeler al monstruo». Tomó un poco de papel de color rojo y también un paño rojo de ella. Pegó el papel en la puerta, puso el paño rojo sobre sí mismo y se sentó en el portal de la casa esperando al monstruo.
Cuando apareció Nian, el monstruo hambriento y gruñón se acercó a la casa, listo para tragarse al monje. El monje empezó a quemar una caña de bambú que tenía en la mano y el chisporroteo asustó tanto a Nian que hizo que se cayera mareado y asustado contra la puerta.
Cuando Nian abrió sus ojos, vio pegado sobre él ese papel de un rojo tan brillante que le hacía arder los ojos. En ese momento, la anciana estaba cortando vigorosamente la carne para los dumplings en la cocina. El ruido provocó un gran dolor de cabeza a Nian.
Nian no resistió más y finalmente huyó. Entonces, súbitamente el monje también desapareció y la anciana sorprendida comprendió que en realidad era una deidad.
Cuando los aldeanos regresaron, se sorprendieron al ver a la anciana y su marido vivos. Ella les contó sobre su experiencia milagrosa y desde entonces todos los chinos adoptaron los mismos métodos para protegerse de Nian durante la víspera de Año Nuevo. Desde entonces, nadie volvió a saber de Nian.
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