Por Wilma Oakes[su_spacer]
Puede que nunca hayas oído hablar de estos felinos porque son extremadamente raros. Rotem es una gata de esta especie que vive en el Ramat Gan Safari Park en Israel.[su_spacer]
Cuando perdió a su compañero Sela el año pasado, se convirtió en la última de su especie en la reserva.
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[su_heading size=»18″]Sólo quedan 200 gatos del desierto en el mundo, la mayoría en cautiverio en zoológicos de toda Europa.[/su_heading]
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Con la esperanza de sacar a Rotem de su duelo, el parque introdujo a Kalahari, un gato del desierto que estaba viviendo en cautiverio en Suecia.
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Por desgracia, estos gatos del desierto no se aparean de inmediato, o al menos eso es lo que el personal del zoológico pensaba. Mientras Rotem y Kalahari parecían totalmente desinteresados el uno en el otro, tienen que haber tenido al menos un momento de entendimiento… porque Rotem recientemente fue encontrada acurrucada con tres nuevos gatitos, escribió People Pets.
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Sigal Horowitz, la portavoz de la reserva, conocida también como Centro Zoológico de Tel Aviv, confesó [su_quote]Estábamos muy preocupados. Pusimos todo el empeño para traerle un compañero desde hace un año y no pasaba nada. Y estos son años críticos para los gatos del desierto, pues no viven para siempre[/su_quote]
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Los gatos del desierto son originarios de Israel y Jordania pero ahora se han extinguido en la región, aunque puede haber otras subespecies en los desiertos del Norte África. Son pequeños y pesan entre 1,5 y 3 kilos, con orejas grandes y de color arena.
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Según Haaretz, el absurdo de que Israel tenga que importar un ejemplar de una especie autóctona (Kalahari) desde Suecia (volando en una aerolínea turca, vía Estambul) muestra la triste situación de nuestro planeta: Muchos expertos han advertido que no es que la humanidad esté a punto de causar una sexta gran extinción. Ya la causó.
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Son unos gatos hermosos y es de esperar que no se extingan.
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