El comunismo se formó originalmente como una forma justa de gobierno, en la que todos los miembros de la sociedad tienen las mismas oportunidades, eliminando las distinciones que surgen entre las diferentes categorías laborales o estratos sociales.
Y, en eso, radica su engaño. Como concepto, proyecta el potencial para el empoderamiento general de la gente en cada segmento de la industria o de un campo de interés.
Sin embargo, cuando se practica, el resultado más obvio que se ha manifestado, es la manipulación del poder y la influencia innecesaria del órgano de gobierno del estado.
El desvanecimiento de la fachada idealista
Aparte del hecho de que hayan operado en cualquier lugar del mundo, han sido responsables de millones de muertes; los regímenes comunistas tratan de despojar a sus sociedades de cualquier rasgo individualista.
Se han empeñado en destruir la moralidad, la religión, los valores tradicionales y controlan todos los aspectos de la vida de sus súbditos.
La religión y la tradición son los principales blancos de los regímenes comunistas. Propagan estos aspectos de la humanidad en detrimento del progreso general y los reemplazan con propaganda.
En ausencia de religión, la gente pierde su brújula moral y sufre un deterioro espiritual. En ausencia de los valores tradicionales transmitidos por las generaciones anteriores, la gente pierde su sentido de orgullo, autoestima y cultura.
Según el Washington Post:
«Las mayores atrocidades comunistas fueron perpetradas no por jefes corruptos del partido, sino por verdaderos creyentes como Lenin, Stalin y Mao.
Precisamente porque eran verdaderos creyentes, estaban dispuestos a hacer lo que fuera necesario para hacer realidad sus sueños utópicos».
Muerte y destrucción
Los regímenes comunistas han participado directamente en la matanza de forma colectiva de más de 100 millones de personas en todo el mundo. Esto es mucho mayor que cualquiera de los otros regímenes totalitarios que han estado operando en cualquier parte del mundo juntos.
Los asesinatos más espantosos se asociaron con la centralización de la agricultura y con el despojo del derecho a la propiedad a los agricultores tradicionales.
Si tomamos el caso de China, el Gran Salto Adelante, encabezado por Mao Zedong, fue responsable de la mayor hambruna provocada por el hombre en la que murieron 45 millones de personas.
Los esfuerzos de centralización o colectivización agrícola de Joseph Stalin, en la URSS, dieron como resultado la muerte de cerca de 10 millones de personas. Los mismos ejemplos pueden verse en los regímenes comunistas que operan en países de todo el mundo, desde Corea del Norte y Camboya hasta Etiopía y Cuba.
Éstos no son sólo eventos aislados que ocurrieron por casualidad. Cada régimen siguió el modelo de funcionamiento de otro régimen en otro país. Todos estaban plenamente conscientes de las consecuencias de las políticas que intentaban aplicar y, a pesar de todo, siguieron adelante con ellas.
La colectivización fue sólo uno de los factores asociados con el asesinato masivo de sujetos en un estado comunista. Los regímenes comunistas operaban campos de trabajo donde morían millones de personas. Ejemplos de esto incluyen el sistema Gulag en la URSS.
También hubo ejecuciones masivas que ocurrieron sin juicio. Estas fueron desenfrenadas en los campos de exterminio en Camboya, así como la Gran Purga dirigida por Stalin en la URSS.
Los asesinatos en masa fueron sólo el comienzo. Los sobrevivientes de estos campos de exterminio fueron sometidos a grados extremos de represión.
Estas personas fueron despojadas de su libertad de expresión, de la libertad de practicar una religión y fueron etiquetados como criminales por implementar prácticas económicas estándares.
Al final de todo, les robaron cualquier propiedad que tuvieran.
El fracaso
Todos los regímenes comunistas prometían lo mismo, la prosperidad de la clase trabajadora. Irónicamente, fue la clase obrera la que se enfrentó al exterminio masivo y los estados fueron arrastrados a la pobreza.
Aunque las razones del monumental fracaso del comunismo son muchas, y varían de un régimen a otro, la extrema concentración de poder llevó a la corrupción e injusticia masiva.