Las personas tienden a pasar por alto los efectos negativos de las cosas con las que están obsesionadas.
La generación actual es tan adicta a las computadoras y a los teléfonos inteligentes, que permanecen ajenos a los diversos problemas de la piel que pueden generar estos dispositivos.
Problemas de la piel
Las computadoras se fabrican usando muchos productos químicos peligrosos y metales pesados. Por ejemplo, el plomo se puede encontrar en el vidrio de los monitores.
Algunos monitores CRT pueden tener hasta 2,2 kg de plomo según el vidrio que se use para fabricarlos.
Quienes entran en contacto regular con estos monitores, pueden envenenarse con plomo a través de la absorción de la piel o los vapores.
Esto puede terminar afectando el sistema reproductivo, el sistema nervioso y los riñones de un ser humano. En un niño, incluso niveles muy bajos de plomo pueden dañar su desarrollo mental.
Otro elemento venenoso usado en las computadoras es el mercurio, que generalmente se encuentra en los interruptores internos y en las placas de circuitos.
El envenenamiento por mercurio puede terminar causando decoloración y ardor en la piel. El cerebro y los riñones también pueden verse afectados.
Las mujeres embarazadas deben tener mucho cuidado con esto, ya que el envenenamiento por mercurio puede afectar el desarrollo del feto. El mercurio también se puede transferir a los bebés a través de la leche materna.
El uso excesivo de los teléfonos inteligentes puede hacer que el colágeno en el cuello se descomponga, ya que las personas miran constantemente las pantallas.
Esto puede resultar en los nefastos «cuellos de pavo». La única forma de evitar el problema es mantener el teléfono a la altura de los ojos en todo momento.
Las personas que conversan usando sus teléfonos durante varias horas de forma regular, pueden desarrollar manchas oscuras en la piel.
Para evitar tales consecuencias, debe mantener el teléfono alejado de su cara cuando tenga una conversación. Esto se puede hacer utilizando un dispositivo Bluetooth.
Si los textos del teléfono son demasiado pequeños, tendrá que entrecerrar los ojos para leerlos correctamente. Con el tiempo, pueden aparecer arrugas alrededor de la región del ojo.
Algunas personas también pueden terminar con «patas de gallo» donde las arrugas están grabadas en la esquina de sus ojos. Agrandar los textos puede ayudar a lidiar con el problema.
Los brotes de acné también son un gran riesgo del uso de teléfonos inteligentes. Dado que el teléfono puede contener varios tipos de gérmenes, estos microbios entran en contacto con su cara cuando habla a través del teléfono, causando eventualmente brotes de acné.
Un teléfono inteligente expone la piel de una persona a una luz azul que puede penetrar la dermis y hacerla más frágil y gruesa.
«En particular, parece afectar más a las personas con piel color olivo y tonos de piel más oscuros, que a las personas con piel muy clara…
Sospecho que la cantidad de energía de luz azul que sale de la luz solar en un día caluroso y soleado va a ser más que la que viene desde su teléfono, pero creo que la exposición crónica a los teléfonos podría tener un impacto»,
comentó al Daily Mail el Dr. Andrew Birnie, dermatólogo consultor y especialista en cáncer de piel.
Alimentos para la piel
Para contrarrestar los efectos negativos en la piel de las computadoras y los teléfonos inteligentes, es esencial que coma alimentos que promuevan la salud de la piel.
El aguacate ayuda en la creación de colágeno que mantiene su piel sana y fuerte. Las grasas en el aguacate también contribuyen a hacer que tu piel sea elástica y flexible.
La soja contiene compuestos vegetales llamados isoflavonas. Un estudio encontró que comer isoflavonas de soja una vez al día de 8 a 12 semanas, mejoró la elasticidad de la piel y redujo las arrugas.
También se potencia la producción de colágeno.
El consumo de semillas de girasol es una excelente manera de ofrecer nutrientes a la piel. Estas semillas contienen vitamina E, que actúa como un antioxidante para la piel y la mantiene saludable.
28 gramos de semillas de girasol contienen cerca del 37 por ciento de la ingesta diaria recomendada (IDR) de vitamina E.
