Chispa en la oscuridad: el denunciante Fang Bin

Por Tatiana Denning

Fang Bin, periodista ciudadano chino que denunció las mentiras del Partido Comunista Chino (PCCh) durante el bloqueo del virus de Wuhan (COVID-19), fue finalmente puesto en libertad tras permanecer tres años detenido por el PCCh.

Sin embargo, debido a su valiente acto, no se le permitió regresar a casa y el PCCh le obligó a vivir en la calle.

Para el PCCh, Fang Bin es un alborotador. Pero a los ojos de quienes persiguen la libertad y la justicia, es una chispa en medio de la oscuridad.

Obligados a quedarse sin hogar

El 30 de abril de 2023, cuando Fang Bin fue puesto en libertad, los funcionarios avisaron con antelación a sus familiares de Wuhan, para que estuvieran preparados para «custodiarlo» tras su liberación. Sin embargo, cuando salió por la puerta de la prisión, sólo le esperaba la policía local.

Resultó que habían cambiado de opinión sobre permitir que Fang Bin se quedara en Wuhan con sus familiares y, en su lugar, decidieron recogerlo y llevarlo por la fuerza a Beijín.

Tras ser trasladado a Beijín, el hijo de Fang Bin se reunió con él y ambos celebraron una cena de reencuentro. Al salir de la cárcel, su hijo le compró varios conjuntos de ropa, ya que no tenía nada.

El nuevo plan de la policía de Wuhan era permitir que Fang Bin viviera en casa de su hijo, pero la policía de Beijín decidió que tampoco quería a este supuesto alborotador en su ciudad. Así que inmediatamente después de reunirse con su hijo, Fang Bin fue de nuevo expulsado a la fuerza y embarcado en un tren de alta velocidad de regreso a Wuhan.

La policía no quería que Fang Bin viviera en Wuhan y fue expulsado a Beijing (Image: Xi Zhang via Dreamstime)

Fang Bin tiene más de 60 años y nació en Wuhan. Se licenció en la Universidad Jiaotong, y su esposa Feng Yunqing también es alumna de la misma universidad. La pareja tenía su propia casa en Pekín, pero en 2010, Fang Bin se vio obligado a abandonar Beijín y, tras varias idas y venidas, se mudó con su hermana a Wuhan, donde abrió una tienda de Hanfu y vive allí desde entonces.

El 1 de mayo de 2023, Fang Bin llegó a Wuhan y se reunió con los familiares que le esperaban. Una persona anónima declaró a Radio Free Asia que la policía del PCCh no le permitió ser entrevistado por los medios de comunicación, ni publicar vídeos. Los artículos de su tienda de Hanfu también han desaparecido hace tiempo.

Además, los familiares de Fang Bin habían sido amenazados por las autoridades del PCCh, por lo que estaban demasiado asustados para acogerlo. Por ello, desde la noche en que regresó a Wuhan, se vio obligado a vivir desamparado en la calle.

La policía no le permitía contactar con el mundo exterior, y el personal judicial seguía y vigilaba de cerca todos sus movimientos. Personas familiarizadas con el asunto dijeron que los funcionarios judiciales de Wuhan se reunieron durante la noche para discutir la posibilidad de expulsar a Fang Bin e impedir que permaneciera allí.

Puede que Fang Bin no esperara quedarse sin hogar al salir de la cárcel, pero sabía por qué ocurría esto. En su opinión, el régimen del PCCh es malvado, y ni siquiera la crueldad de la pandemia puede igualar la brutalidad del PCCh.

¿Por qué el PCCh teme tanto a Fang Bin?

El 1 de febrero de 2020, durante el bloqueo del COVID en Wuhan, Fang Bin fue solo al Quinto Hospital de Wuhan para filmar un vídeo de la recogida de cadáveres de la unidad funeraria. Publicó el vídeo en Internet, poniendo al descubierto el encubrimiento de la pandemia por parte del PCCh, lo que tuvo importantes repercusiones para Fang Bin en su país y en el extranjero.

Aquella noche, la policía de Wuhan irrumpió en casa de Fang Bin y lo inculpó de haber sido comprado por «fuerzas extranjeras anti-chinas». El pensamiento de la policía fue: «Si no te hubieran comprado, no habrías grabado el vídeo».

Lo sacaron a la fuerza de su casa y lo metieron en un coche de policía.

Fang Bin fue el primer residente de Wuhan que denunció el encubrimiento de la pandemia por parte del PCCh, y también fue la única persona que criticó públicamente la tiranía del PCCh como causa fundamental de que las cosas se descontrolaran durante el bloqueo.

Pocas horas después de la detención de Fang Bin, la policía de Wuhan, sometida a una fuerte presión pública, se vio obligada a volver a ponerlo en libertad. Bin agradeció a quienes siguieron su vídeo, diciendo:

«Gracias a su atención y a difundir la noticia, puedo estar a salvo».

El 1 de febrero de 2020, durante el confinamiento de Wuhan, Fang Bin fue solo al Quinto Hospital de Wuhan para filmar un vídeo de la recogida de cadáveres de la unidad funeraria. (Imagen: Radio Free Asia)

Fang Bin creía que, al revelar la verdad sobre la epidemia, estaba haciendo una buena obra para el pueblo y el país. Sin embargo, el PCCh no quería que se descubrieran sus mentiras.

La policía le dijo a Fang Bin:

«Sólo puede haber una voz en China», y esa debe ser la voz del PCCh.

Desenmascarar el abuso de poder del PCCh

Una vez que la gente despierta, ya no quiere que la confundan. En un vídeo del 7 de febrero de 2020, Fang Bin denunció al PCCh por abusar de su poder, ser arrogante y codicioso, e impactar negativamente en el mundo.

El Dr. Li Wenliang, otro denunciante, murió en la madrugada del mismo día, 7 de febrero de 2020. Cuando Fang Bin se enteró de la noticia, no pudo ocultar su dolor y su rabia, diciendo:

«La neumonía de Wuhan de hoy es tanto un desastre natural como un desastre fabricado, y las políticas estúpidas han provocado que la epidemia se extienda y esté fuera de control. El Partido Comunista debe asumir las consecuencias.

La crueldad del virus es mucho menor que la crueldad de su tiranía, y la raíz del virus es la tiranía.»

Pidió a la población que resistiera y que se devolviera el gobierno al pueblo.

El 10 de febrero de 2020, la policía secuestró de nuevo a Fang Bin en su casa de Wuhan, y hasta ahora no ha habido noticias de él ni de su paradero en los últimos tres años.

El 23 de abril de 2023, en vísperas de la excarcelación de Fang Bin, se inauguró en el Liberty Sculpture Park de California el primer «Monumento al Delator» del mundo.

En el desierto cubierto de hierba, junto a la carretera interestatal 15, se erigió un monumento de 3 metros de altura coronado por un silbato gigante. El escultor ha dicho que su deseo es que pueda encender la esperanza de cambiar la tierra de China y devolvérsela al pueblo.

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