Cataratas de Iguazú, maravilla y leyenda

Por Hai Lian

Las Cataratas de Iguazú, sobre el rio Iguazú, están localizadas en el Parque Nacional Iguazú (Provincia de Misiones) y el Parque Nacional do Iguaçu estado de Paraná, Brasil. Fue oficialmente nombrada séptima maravilla natural por la organización New 7 Wonder de Suiza, después de contabilizar millones de votos.

Las Cataratas de Iguazú (del guaraní guasú que significa “agua” y “grande”) están formadas por 275 saltos, algunas hasta de 80 metros como es la “Garganta del Diablo” la mayoría de estos saltos están del lado Argentino, por eso se dice que Argentina pone el espectáculo y Brasil el auditorio. Las Cataratas son un centro de turístico muy visitado, rodeado por una selva subtropical, con cientos de plantas y animales en extinción.

Se estima que alrededor del año 1000 DC los guaranies, provenientes del norte, irrumpieron en la región y desplazaron a los nativos de lengua Ge que se hallaban allí en ese entonces. Por todo el parque, se puede percibir la marcada influencia que la cultura guaraní dejó en la región hasta nuestros días.

Compartimos con nuestros lectores como fue el nacimiento de las Cataratas del Iguazú según una antigua leyenda guaraní:

Hace muchos años, habitaba el río Iguazú, una enorme y monstruosa serpiente cuyo nombre era Boi.

Los indígenas guaraníes debían una vez por año sacrificar una bella doncella y entregársela a Boi, arrojándola al río.

Para esta ceremonia se invitaba a todas las tribus guaraníes, aún a las que vivían más alejadas.

Fue así que un año llego al frente de su tribu, un joven cacique cuyo nombre era Tarobá; el cual al conocer a la bella doncella india, que ese año estaba consagrada al sacrificio y cuyo nombre era Naipí, se reveló contra los ancianos de la tribu y en vano intentó convencerlos que no sacrificaran a Naipí.

Para salvarla pensó en raptarla y la noche anterior al sacrificio cargó a Naipí en su canoa e intentó escapar por el río.

Pero Boi que se había enterado de esto, se puso furiosa y su furia fue tal que encorvando su lomo partió el curso del río formando las cataratas, y de esta manera atrapó a Tarobá y a Naipí.

A él lo transformo en los árboles que hoy podemos ver en la parte superior de las cataratas y a la cabellera de la bella Naipí en la caída de las mismas.

Luego se sumergió en la Garganta del Diablo, y desde ahí vigila que los amantes no vuelvan a unirse… pero, sin embargo, en días de pleno sol, el arco iris supera el poder de Boi y los une.

 

 

 

 

 

 

 

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