Por David Jirard
Según una antigua leyenda china, dos monjes, el maestro Haineng y su aprendiz Haitong, viajaban en Guiyang cuando el río Shalao inundó y sumergió las aldeas cercanas y las tierras de labranza, causando la pérdida de sus hogares. Al mismo tiempo, la confluencia de los tres ríos cerca de Leshan, donde se localizó su templo de origen, también experimentó fuertes inundaciones. Después de estos acontecimientos trágicos, los dos monjes decidieron construir una estatua de Buda en cada lugar para suprimir los espíritus malos en los ríos para evitar otra destrucción.
Haineng era viejo y no era apto para viajar a larga distancia, por lo que decidió que su joven aprendiz se encargara de la construcción de la estatua de Buda en Leshan, mientras que el anciano se quedaría para gestionar la construcción de la segunda estatua en Xiashui.
El trabajo pronto comenzó, pero el cuerpo de Haineng estaba fallando. Murió antes de finalizar la estatua en Xiashui, dejándola escondida en lo profundo del bosque sin que el mundo supiera su existencia durante cientos de años.
En el comienzo de este siglo, mientras se cortaban los árboles alrededor del sitio, se reveló una colosal estatua de Buda tallada en los acantilados de una colina. Una vez descubierto, se determinó que la escultura enterrada pueda medir aproximadamente unos 165 pies de alto y su cabeza un poco más de 50 pies de altura. El Buda mira hacia el oeste en una pose solemne y majestuosa.
El Buda de piedra fue tallado fuera de la ladera. No esta sentado ni de pie, sino que es un retrato de la parte superior del cuerpo. La cabeza está tallada en una sola piedra, mientras que el cuerpo está montado sobre lozas.
Traducido por Cecilia.