Hay muchos tipos de té chino, cada uno con gustos únicos y propiedades que mejoran la salud. Aquí les compartimos algunos beneficios y usos prácticos de cinco tés hechos de la planta de Camellia sinensis.
Té verde
Hecho de hojas de Camellia sinensis, el té verde tiene potentes antioxidantes llamados catequinas, que ayudan a eliminar los radicales libres responsables del daño del ADN. Debido a que es mínimamente procesado en comparación con otros tés, la concentración de catequina es mayor.
Beber té verde puede minimizar el acné, y las hojas se pueden aplicar como mascarilla facial.

Té Negro
Más alto en cafeína que la mayoría de los otros, ayuda con el estado de alerta mental. Es más oxidado que otros tés, por lo cual un color más oscuro y un sabor más fuerte. El proceso de oxidación implica exponer las hojas de té al aire húmedo, rico en oxígeno, pero el proceso no destruye los antioxidantes.
Al igual que el té verde, el té negro ayuda a mantener la piel clara. Enjuague su cabello con té negro para mantenerlo fuerte.

Oolong
Parcialmente fermentado, el té oolong tiene profundidad y aroma, manteniendo un sabor fresco y ligero. Se hace de las hojas, de los brotes, y de los vástagos de la Camellia sinensis. A menudo se vende en pequeñas bolas que se despliegan en agua caliente.
Es muy conocido por combatir la caries dental, y puede tratar alergias de la piel como el eczema. También mejora el estado de alerta mental.

Pu’er
Pu’er es un té completamente fermentado más rico en sabor cuanto más tiempo se deja madurar antes de la elaboración de la bebida. Pero puede desarrollar moho y convertirse en rancio, por lo que conviene olerlo y hacer una pequeña prueba de sabor antes de tomarlo. Hecho de las hojas y tallos de Camellia sinensis, no tiene tanta cafeína como otros tés.
Es bueno para bajar el colesterol.
Té blanco
Un té ligero con un gusto floral, fresco, levemente crocante, se hace de las hojas y de los brotes jóvenes de la Camellia sinensis. El es el menos procesado de todos los tés, con poca cafeína, y con un poder antioxidante mayor que el té verde. En la antigua China, sólo a la emperatriz se le permitía beber el té blanco.
Es la bebida con más antioxidantes de la que disponemos a día de hoy, y una de las más adecuadas para prevenir el cáncer.