Si alguna vez ha entrado a un hospital, probablemente esté familiarizado con el frío y el olor del aire esterilizado del hospital. Aunque no es el olor más agradable del mundo, en realidad está diseñado para mantener a los visitantes, pacientes y empleados seguros. Cabe señalar que no todos los hospitales cuentan con este servicio sobre todo en latinoamérica. ¿Pero cómo el aire controlado lo mantiene seguro mientras usted está en un hospital?
La calidad del aire al interior
La Calidad del Aire al Interior, o CAI, es el término general para el mantenimiento del aire dentro de una instalación. Toma en cuenta factores tales como temperatura, humedad y cantidad, así como la presencia de productos químicos o contaminantes de fuentes internas o externas.
Los hospitales son un entorno en constante cambio que puede ser difícil de controlar. Esto ha llevado a la propagación de cosas como MRSA y las infecciones por estafilococos a lo largo de los hospitales que no pueden ser encontrados en otros lugares.
En los hospitales, la CAI también se utiliza para evitar que los contagios se extiendan a las superficies o a otros pacientes. Al controlar el flujo de aire, la temperatura y otras variables, los contagios pueden ser controlados o incluso detenidos en sus pistas.
Calidad del aire del paciente
El aire médico, o el aire que se canaliza a los pacientes cuando no necesitan o no pueden usar oxígeno, es comprimido y canalizado a través de tuberías esterilizadas a los pacientes que lo necesitan. El aire médico purificado ayuda a los pacientes a recuperarse más rápido y puede ser una gran herramienta para que los médicos y las enfermeras ayuden a los pacientes que podrían necesitar un poco de ayuda adicional, pero no pueden usar oxígeno.
La clave de esto es el equipo de compresores que se esteriliza antes y durante la fabricación y montaje. El equipo contaminado tiene el potencial de contaminar el aire que se está canalizando a los pacientes.
La importancia de la CAI
¿Por qué es tan importante la calidad del aire al interior? En pocas palabras, sin equipos y técnicas para preservar la calidad del aire al interior, los hospitales y otras instalaciones médicas son un caldo de cultivo para los contagios. La calidad del aire es monitoreada y probada para una variedad de contaminantes, incluyendo:
- Enfermedades infecciosas. MRSA es uno que comúnmente se prueba, pero no es la única enfermedad infecciosa que podría ser detectada. Las bacterias resistentes – beta-lactama (BRBL) son otro contagio comúnmente detectado en hospitales.
- Legionella. Esta es una bacteria que prospera en fuentes de agua y puede encontrarse en cualquier lugar donde hay agua estancada, como tinacos de agua, calentadores de agua caliente, o los cabezales de las regaderas.
- Moho. El moho puede crecer en cualquier lugar que esté remotamente húmedo y tiene una variedad de efectos negativos sobre la salud respiratoria. Las esporas de moho se pueden detectar en una encuesta de calidad del aire.
- Asbestos. Esto no es un problema grande con los hospitales modernos, pero los edificios más viejos pueden tener paneles de asbesto en las paredes. Se ha demostrado que el polvo de asbesto causa cáncer, EPOC y una serie de otras condiciones. Si la concentración es lo suficientemente alta, un ala del edificio podría ser clausurada para eliminar el asbesto antes de que cause problemas para los pacientes.
Técnicas de CAI
Con tanta gente entrando y saliendo de los hospitales a todas horas, puede parecer imposible preservar el nivel necesario de calidad del aire. Si bien hay una variedad de diferentes técnicas para garantizar la mejor calidad del aire, todo se reduce a CVAA del hospital (Calefacción Ventilación y Aire Acondicionado) del sistema. Este sistema, siempre y cuando se mantenga adecuadamente, puede utilizarse para controlar la calidad del aire en el edificio y crear entornos protegidos dentro del mismo.
Los ambientes protegidos están diseñados para mantener a las personas con necesidades específicas a salvo de posibles contaminantes aéreos. Estos podrían incluir:
- Habitaciones aisladas. Éstos se diseñan para guardar los contagios aerotransportados de la extensión más allá de un cuarto específico. Esto se suele utilizar para pacientes con tuberculosis u otras enfermedades que pueden propagarse por vía aérea. Utiliza presión negativa para evitar que el aire salga de la habitación.
- Habitaciones con ambiente protegido. Al contrario de las salas de aislamiento, éstas mantienen la habitación llena de aire esterilizado para proteger a los pacientes que pueden tener sistemas inmunes comprometidos. Estas habitaciones utilizan aire filtrado con HEPA y presión positiva para evitar que el aire no filtrado fluya hacia la habitación.
- Quirófanos. Estos son difíciles, porque los microbios en el aire pueden crear infecciones en los tejidos que se exponen durante la cirugía. Estas habitaciones utilizan una combinación de presión positiva y negativa. La presión positiva se usa dentro de la propia sala de operaciones para mantener el aire limpio en movimiento y se usa presión negativa en las habitaciones del exterior para evitar que el aire exterior contamine la sala de operaciones.
Los filtros HEPA también se usan para eliminar contaminantes del aire que circula por la parte principal del hospital.
El aire acondicionado controlado en los hospitales está diseñado para mantenerte a salvo a quienes los habitan, ya sea para un procedimiento o intervención o simplemente para visitar a un ser querido. Todo se reduce a un sistema bien mantenido de CVAA.
Este artículo fue escrito por Megan Ray Nichols. Si le gustó este artículo, puede visitar su página Schooled by Science.