Por Alejandra Juarez
Muchas veces la causa de nuestro sufrimiento viene de no aceptar lo que nos pasa en el presente.
¿Cómo es nuestro presente hoy?
¿Quiénes somos?
Es importante que actualicemos nuestra propia imagen tal y como se encuentra hoy, para que de esta manera aceptemos integralmente quienes somos en el presente.
Daré un ejemplo y me enfocaré en la parte física para explicar cuál es el punto al que quiero llegar.
Si todo el tiempo quiero volver a mis 20 años, con el cuerpo, con el cutis y con la ropa que usaba en ese entonces, no aceptaré el paso del tiempo y el correr natural de los años en mí…
Como consecuencia, esto me provocará malestares internos como angustia, sensación de incomodidad e incluso depresión.
Dado este caso, nuestras respuestas ante estas situaciones de vulnerabilidad, será la búsqueda de «salidas rápidas», es decir, momentos que nos brinden bienestar, pero temo decir que solo serán una solución momentánea para lo que realmente nos pasa.
Si no aceptamos el paso del tiempo, y nos quedamos en el pasado, nuestras acciones nos llevarán por lugares donde no encontraremos salida.
En el caso de que nos hayamos quedado en los 20 años, cuando en realidad tenemos 50, intentaré hacer dietas extremas para que mi cuerpo se vea jovial, me expondré incluso a procedimientos quirúrgicos y mi mente me guiará constantemente a la comparación con personas de esa edad, lo que me traerá como resultado, frustración, ansiedad y malestar.
Entonces… ¿Qué hacer?
Aceptar una situación es liberarse de ella…
Es decir, si yo acepto por ejemplo, que hay cosas de mi pasado que ya no están y no existen en mi presente, podré centrarme en lo que sí tengo y en lo que sí soy hoy en día…
Miradas externas vs miradas internas
Las miradas externas nos reflejan parte de nuestros pensamientos, sigo con los ejemplos:
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Si siento que mi cuerpo está excedido de peso, toda mi atención irá hacia ese punto y mi mirada se centrará en reflejos que refuercen ese pensamiento y sentimiento.
Ante cualquier comentario o mirada externa que me digan «ya no te encuentras tan flaca, esa ropa te queda un poco ajustada, o estás comiendo mucho…», se activará mi propia mirada, lo que puede provocarme desequilibrio interior, si la opinión viene de alguna persona que me interese, el impacto será mayor.
Haciendo referencia al título de este artículo, si esta situación con la que me siento des-conforme, la acepto, por ejemplo si acepto que estoy menos delgada que antes, si acepto mi edad cronológica, e incluso si acepto la manera de llevar mi vida hoy… las palabras de los demás no me afectarán y podré accionar sanamente.
Cuando aceptamos una situación damos apertura a poder cambiarla, a poder accionar y a hacernos responsables de ella
Siguiendo estos ejemplos, si acepto que en este tiempo de mi vida comencé a comer de manera no sana y eso me produjo un aumento de mi peso, la pregunta interna sería:
¿Me gusta verme así?
Si la respuesta es NO, aquí podemos poner en marcha un «plan de acción». Si acepto que esta es mi situación hoy en día, podré responsabilizarme y accionar.
El cambio viene en la medida de la aceptación
Cuando aceptamos una situación nos libramos del poder que ejerce en nuestra mente y de esa manera fluimos por la vida con menos carga.
Acepto por ejemplo. que en este último tiempo no maneje las cosas correctamente, reconozco que quizás no sucedieron como querían, lo acepto y el camino hacia el «accionar sano» será más claro.
El cambio se encuentra en nuestras manos, solo es cuestión de tomar las riendas de nuestra propia vida.
Sobre lo único que tenemos «poder» es sobre nosotros, a los únicos que podemos cambiar es a nosotros mismos, y con nuestro cambio interior, vendrá por añadidura un cambio exterior.
Sugerencias para realizar acciones sanas
Lo primero que tenemos que hacer es mirar cómo es nuestro presente y cómo estamos nosotros ante él.Toma un papel y un lápiz y comienza a responder…
- ¿Cuántos años tengo?
- ¿Qué me imaginaba haciendo cuando tuviera esta edad?
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¿A qué me dedico hoy?
- ¿Qué pensamiento tengo sobre mí?
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¿Quién soy hoy?
- ¿Estoy a gusto con mi presente?
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¿Qué me falta y qué ya no me hace falta?
Una vez que tengamos estas preguntas resueltas, será mucho más fácil ver desde que perspectivas nos centramos al ver nuestra propia vida.
Y el camino hacia donde queremos ir o estar será mucho más claro y nuestras respuestas serán mucho más sanas…
Por último te animo a que vuelvas a tu cuaderno y escribas:
⦁ ¿Cómo quisieras estar hoy?… y
⦁ ¿Qué acciones concretas te pueden llevar a eso?.
Excelente artículo y muy cierto, aunque debemos reconocer que el camino hacia la propia aceptación no solo viene de adentro sino de todo lo que asimilamos de afuera. Es un combo. Felicitaciones Alejandra.