Durante mucho tiempo, la ciencia ha defendido que la materia es suprema y que la mente es solo un producto de la materia.
Esto está en completo contraste con las antiguas tradiciones espirituales que proponían la supremacía de la mente sobre la materia.
En los últimos tiempos, se han realizado varios experimentos para resolver este dilema y algunos de ellos indican que la mente es definitivamente capaz de influir en la materia.
1. Purificar el agua
Lynne McTaggart es una muy conocida investigadora en espiritualidad. En uno de sus famosos experimentos examinó el efecto de la mente sobre la calidad del agua. Se realizó en colaboración con Konstantin Korotkov, físico ruso.
El experimento contó con la participación de miles de personas de 80 países. Fueron «instruidos para enviar amor a un pequeño frasco de agua en San Petersburgo, Rusia«.
Más tarde, un equipo sofisticado mostró que este experimento cambió las propiedades esenciales [del agua], específicamente sus emisiones de luz.
Este resultado tiene grandes implicaciones sobre el poder del pensamiento para limpiar el suministro de agua contaminada del mundo, según Good News Network.
2. Efecto Placebo
Un placebo es una creencia que desencadena cambios biológicos positivos en el cuerpo. El efecto se ha observado numerosas veces en diversos estudios.
Uno de estos estudios fue realizado por un grupo de estudiantes de la Universidad de Princeton. En una fiesta, llenaron un barril con O’Douls, que solo tenía un contenido de alcohol del 0.4 por ciento.
Las personas que asistieron a la fiesta pensaron que estaban bebiendo algo con un contenido de alcohol lo suficientemente alto que comenzaron a actuar como borrachos.
Esto es imposible en situaciones normales ya que O’Douls es incapaz de intoxicar a las personas, lo que demuestra que una fuerte creencia en algo puede tener un efecto en el cuerpo.
3. Proyecto de Coherencia Global
El Proyecto de Coherencia Global ha estado funcionando por alrededor de dos décadas. El proyecto ha colocado generadores de números aleatorios GNA en aproximadamente 70 ubicaciones en todo el mundo.
En condiciones normales, estos GNA crean secuencias numéricas impredecibles.
Pero cuando sucede algo importante en el mundo, los números dejan de aparecer al azar y terminan alineándose muy bien.
Tales eventos importantes incluyen el ataque a las Torres Gemelas en 2001. Los investigadores atribuyen este cambio a la noosfera, que se refiere a una esfera de conciencia propuesta que influye en la biosfera y la evolución.
Sugieren que cuando sucede algo que afecta las emociones de un gran número de personas, la noosfera responde a esto, lo que termina influyendo en los GNA e interrumpe su producción numérica aleatoria.
4. Meditadores y fotones
Dean Radin, el científico jefe del IONS (Instituto de Ciencia Noética), realizó un experimento de doble rendija en una habitación que estaba protegida de las vibraciones físicas y las señales electromagnéticas.
A dos grupos de personas, uno compuesto por meditadores y otros no meditadores, se les pidió que imaginaran que habían puesto sus mentes dentro de una caja y habían visto a los fotones atravesar las rendijas.
Encontró que los meditadores desencadenaron un cambio significativo en los patrones de onda esperados.
Se registraron varias partículas en el lugar de las ondas esperadas. Meditadores más profundos con más experiencias, causaron el mayor cambio.
5. Sueños y heridas
Algunos estudios han demostrado que las lesiones en los sueños tienen el potencial de reflejarse en el cuerpo humano.
En un famoso estudio de caso, un hombre llamado Durga Jatav, que padecía fiebre tifoidea, narró su sueño en el que estaba cautivo en un reino misterioso.
Sus captores le habían cortado las piernas. Pero cuando los captores se dieron cuenta de que habían torturado a la persona equivocada, ataron un par de piernas nuevas a Jatav.
Después de despertarse, la hermana de Jatav notó que había profundas fisuras en la región de la rodilla.
Las radiografías mostraron que no había nada malo en la piel, lo que indica que las cicatrices probablemente fueron provocadas por el sueño.