Max Lu
Las 600.000 personas que participaron en las elecciones primarias informales para el Consejo Legislativo de Hong Kong, organizadas por los partidos pro-democráticos en julio de 2020, se han encontrado con crueles represalias del gobierno de Hong Kong.
Los 47 activistas pro-democráticos que organizaron las primarias, fueron acusados por el gobierno de conspiración para subvertir el poder del estado bajo su Ley de Seguridad Nacional.
Tras un agotador juicio de cuatro días y tres noches, el gobierno siguió deteniendo a todos ellos.
Junto al sufrimiento de los 47 presos políticos, estaba el sufrimiento de sus familiares, amigos y simpatizantes del movimiento democrático de Hong Kong, que esperaron afuera del tribunal.
Enfrentados a un golpe de Estado respaldado por los comunistas y privados de la libertad del pueblo de Hong Kong, tienen que enjugar sus lágrimas y buscar la esperanza en la oscuridad y la desesperación.
El 4 de marzo, cuando el juicio de cuatro días estaba a punto de terminar, el magistrado jefe So Wai-tak, juez nombrado en virtud de la Ley de Seguridad Nacional, concedió la libertad bajo fianza a 15 de los acusados.
Pero el Departamento de Justicia del gobierno de Hong Kong presentó inmediatamente una revisión, manteniendo, ese mismo día, a los 47 acusados bajo custodia, cuando se suponía que se reunirían con sus familias.
Cuando el atisbo de esperanza de reencuentro desapareció, Elsa, la madre adoptiva del trabajador social acusado, Lui Chi-hang, se sintió embargada por la emoción. Salió corriendo de la sala, llorando y gritando de pena a los periodistas:
«Ninguno de ellos puede ser liberado… el estado de derecho ha muerto»,
y luego cayó de rodillas llorando mientras otros la consolaban.
Los familiares y amigos íntimos de los 47 presos políticos, soportaron cuatro días de juicio, nadie puede imaginar el dolor que sufrieron.
A pesar del sufrimiento y de las largas jornadas, se enjugaron las lágrimas y siguieron denunciando la tiranía en nombre de sus seres queridos.
Los medios de comunicación de Hong Kong recopilaron algunas de las palabras pronunciadas por los familiares, parientes y amigos en las entrevistas realizadas fuera de la sala del tribunal.
Elsa, la madre adoptiva de Lui Chi-hang, dijo:
«¡Quiero decirle al Partido Comunista que lo que ha hecho está mal! Cuando las personas que inculparon a los inocentes de Hong Kong lleguen al infierno, ustedes serán quemados vivos. Cuando Dios vuelva, él hará un juicio. Si no se arrepienten y confiesan sus pecados, serán castigados».
«Lo que estas 47 personas hicieron es por el bien de Hong Kong. Este gobierno comunista ha arruinado y corrompido Hong Kong, y no dejaremos que se salga con la suya.
Seguiremos perseverando y haciendo lo correcto. Nosotros, el pueblo, defenderemos la compasión y la justicia de Dios. Y ellos, la fuerza del mal, tendrán seguramente su castigo».
Elsa animó a su hijo adoptivo:
«Aguanta, Dios está contigo. Somos cristianos, y nuestra misión es llevar la cruz y el sacrificio, así que no tenemos miedo… Por supuesto, tengo el corazón roto; aunque no es mi hijo biológico, lo hemos criado durante más de diez años.
Cuando era joven, sufrió muchos abusos. Mi marido y yo le hemos enseñado bien, ha crecido como un buen hombre, cariñoso y recto; estoy orgullosa de él».
«La razón por la que nos disgusta tanto China continental (el gobierno del PCCh) y sus seguidores, es porque el sistema de la China continental es inferior y expone el lado oscuro de la gente.
En Hong Kong tenemos un sistema sólido, que saca la bondad de la gente y queremos mantenerlo. Todos sabemos que en China continental hay gente buena y genuina. Pero eso no es suficiente, debemos mantener el sistema democrático de Hong Kong y transmitirlo».
El actual coordinador del Frente Civil de Derechos Humanos, Chan Ho-hwan, dijo:
«Este gobierno simplemente ha perdido la humanidad. En los últimos días, el juicio ha atormentado a los activistas, a sus familias, a sus amigos y al pueblo de Hong Kong. Pero pedimos a todos que no abandonen la lucha por la democracia y la libertad».
Cuando los acusados salieron de la sala, gritaron:
«Pueblo de Hong Kong, resistan, sigan adelante»,
espero que todos podamos hacer lo mismo.
«Desde la detención de los líderes pro democráticos en virtud de la Ley de Seguridad Nacional, hasta el cambio del sistema electoral de hoy, esto es un golpe de Estado, una subversión de la elección del pueblo.
«En los últimos días, a través de los periódicos, los acusados son alentados por la gente que hace cola de madrugada para mostrar su apoyo y solidaridad».
