Por: Smart Planet
Numerosas soluciones han sido sugeridas para combatir la contaminación del aire en China: aspersores en la parte superior de los rascacielos, aspiradoras para succionar el smog, el uso de bicicletas.
Ahora, que los científicos comparan el problema de la contaminación del aire con un invierno nuclear, el primer ministro chino, Li Keqiang, ha declarado una “Guerra contra la contaminación». Según los medios de información estatales, esto incluye el cierre de 50,000 «pequeños hornos de carbón; «reconversión eléctrica de las plantas de carbón; retirar vehículos altamente contaminantes de las carreteras, la limpieza de la contaminación del agua y además, aviones teledirigidos (drones).
South China Morning Post informó que compañías de la Industria de la Aviación China están desarrollando y probando aviones no tripulados para poder llevar en cada vuelo 1,543 libras de productos químicos que se utilizarán para aclarar los cielos contaminados de ??China.
En realidad, los aviones para transportar productos químicos no son una nueva solución para la lucha contra el smog. Estos se han utilizado para dispersar la contaminación hace años en China, de acuerdo con South China Morning Post.
Sin embargo, la gran mejora está en que los nuevos aviones no tripulados pueden transportar tres veces más de los productos químicos dispersantes. También, debido a que los diseños utilizan alas de parapente (de tela resistente) en vez de alas fijas (fibra de vidrio o aluminio), los costos se reducen en un 90 por ciento.
Aunque esta medida pueda dar resultado en el corto plazo se debe de recordar que más productos químicos vertidos al aire eventualmente encuentran su camino de regreso al suelo y hacia los mantos acuíferos. La limpieza del aire soluciona un problema, pero crea otro.
Los drones son sólo una estrategia (si mal concebida) para abordar la contaminación paralizante. El año pasado, el gobierno chino se comprometió a invertir 277,000 millones dólares en cinco años para luchar contra este problema. A principios de esta semana, China gastó $ 798 millones de ese dinero para comprar a la mayor compañía de gestión de residuos de Nueva Zelanda con el fin de adquirir tecnología para ayudar en esta lucha .
En conjunto, estas medidas servirán como buenas relaciones públicas para el gobierno chino para mostrar a la gente que están haciendo algo ante la «amenaza política» que frecuenta el gobierno. Pero estos son sólo pequeños pasos que probablemente no van hacer mella ante un problema tan arraigado.