Con el ritmo acelerado de nuestra sociedad moderna, cada aspecto de nuestro entorno parece ser cada vez más complejo. Nos sentimos abrumados y no siempre sabemos cómo lidiar con las cosas en la vida diaria. Como dice el viejo dicho: «Lo que sube debe bajar«. Hay un límite para todo.
Tal vez es hora de obtener orientación de la vida moderna de los antiguos. Aquí tenemos 10 sugerencias de la filosofía china que pueden ayudarnos a enfrentar estos desafíos que enfrentamos día con día:
1. La euforia o exaltación puede convertir a cualquiera en un parlanchín
Cuando nos llenamos de alegría (euforia), tendemos naturalmente a querer compartir nuestros buenos sentimientos con los demás, esto no esta mal, el punto es que no todo lo que se quiere compartir son cosas positivas o planes de vida. En esos momentos, lo que viene a la mente se dice fácilmente. Sólo recordemos que lo que sea que se hable no puede ser tácito, y cualquiera que escuche puede difundir esas palabras a lo largo y ancho del trabajo, pueblo, ciudad, país, … por lo que es aconsejable pensar siempre antes de hablar.
2. La ira nos puede llevar a un mal comportamiento
La ira (enojo desmedido), si no se controla, puede provocar que las personas actúen de forma perjudicial e inapropiada. La mejor acción para cuando estamos enojados es «no querer resolver las cosas en ese momento» ya que de hacerlo puede resultar en un arrepentimiento para más adelante y además este actuar va desgastando más y más nuestra relación conforme pasa el tiempo, como una piedra que va erosionándose al fluir las aguas del río sobre esta.
3. El pánico puede provocar una pérdida de autocontrol
Cuando la gente entra en pánico, puede ser difícil para ellos mantener la calma y mantener la compostura. Una historia de la antigua China en la que participaron dos señores de la guerra del período de los Tres Reinos habla de Cao Cao y Liu Bei cenando juntos. En ese momento, Liu Bei estaba sirviendo a Cao Cao mientras planeaba en secreto asesinarlo. Cao Cao dirigió la conversación a la discusión de los verdaderos héroes. Liu Bei entró en pánico, pensando que su plan había sido descubierto, y dejó caer sus palillos. Si un líder y guerrero como lo fue Liu Bei pudo perder la compostura tan fácilmente, ¿cuánto más probable es que le suceda a una persona normal?
4. Disfrutar de la tristeza puede hacer que uno pierda el respeto de los demás
En vista de la tristeza, las personas necesitan algún tiempo para enfrentar sus sentimientos y procesar su situación. Sin embargo, algunas personas comienzan a desear las condolencias de los demás y permanecen perpetuamente tristes solo para que puedan animarse. Es mejor superar el dolor después de expresar tus sentimientos y luego seguir adelante. Levantarte te hará más fuerte.
5. La euforia y/o la impaciencia puede llevarte a juzgar mal la situación
Cuando se está eufórico, tendemos a no tener preocupaciones y sentimos que todo está bien. En este momento, nuestro discernimiento puede debilitarse, causando que pasemos por alto problemas reales. Lo mismo sucede cuando somo impacientes y queremos resolver todo en un instante.
6. El miedo puede hacer que abandones tus principios
Aquellos que no son de voluntad fuerte pueden abandonar sus principios frente al miedo. Sé valiente y respeta tus convicciones sin importar las circunstancias o las consecuencias. La verdad duele pero la mentira mata.
7. Pensar demasiado puede hacer que pierdas el amor
Una cabeza llena de pensamientos complicados o conflictivos puede conducir a un cambio en tú corazón. La total dedicación hacia la otra persona te dará a cambio un amor verdadero, porque al dar recibes.
8. Emborracharse conducirá fácilmente a un comportamiento irracional
Con moderación, el alcohol puede ayudar a uno a sentirse relajado. Por otro lado, beber demasiado puede hacer que uno actúe irracionalmente. Puede perder todas las inhibiciones, decir y hacer cosas que son inapropiadas. La indulgencia crónica en el alcohol también daña el cuerpo.
9. Prometer demasiado hace que otros pierdan confianza en ti
Sea realista en lo que prometes, y asegúrate de cumplir tus promesas. Si no respondes ante los demás, ellos dejarán de tomarte en serio y te considerarán poco confiable. No hagas lo que no quieras que te hagan.
10. El deseo sin fin puede consumir tu vida
Cuando eres impulsado por el deseo, una persona centra todos sus esfuerzos en obtener lo que quiere. Es mejor esforzarse para estar contento con lo que tienes o, de lo contrario, puedes desperdiciar tu vida persiguiendo cosas que nunca podrás obtener. Los antiguos creían que las bendiciones se obtenían a través de nuestras propias buenas obras, por lo que no sería bueno obtener algo de otros. Mejorar tu corazón y mente dará lugar a beneficios inesperados.
Traducido por Chua BC y editado por Mikel Davis.