¿Cuál es el tesoro de China?

(Tang Ming/Kan Zhong Guo)

La gente china recupera su enterrado tesoro.

Una vez alguien dijo que el tesoro de China son los cuatro inventos: el papel, el compás, la dinamita y la imprenta.

Esa es la opinión del moderno historiador inglés de la cultura china, Joseph Needham, quien expuso las ciencias antiguas chinas desde el punto de vista de la ciencia occidental.

Pero la ciencia ocupa sólo una pequeña porción de la cultura china antigua.

Por ejemplo, las matemáticas son sólo una de las seis habilidades que Confucio enseñó, además de la música, equitación, lectura, modales y el tiro con arco.

La tecnología e invenciones relacionadas a las matemáticas jugaron un pequeño papel en la vida de la antigua sociedad china.

Los caracteres chinos, Zhou Yi, Ba Gua, He Tu, Le Shu, el confucianismo y las enseñanzas de Lao Zi revelan manifestaciones más profundas de las características chinas.

Mientras enseñaba acerca de permanecer indiferente a todas las tentaciones mundanas, el Buda Sakyamuni mencionó los cuatro elementos: tierra, agua, fuego y viento.

Los antiguos indios Hopi de América del Norte creían que Dios había separado a la humanidad en cuatro direcciones, y que la piel cambia de color en acuerdo con los cuatro tipos, y que ellos eran responsable de las cuatro misiones.

  • Los rojos (indios nativos de América del Norte) eran los guardianes de la tierra, quienes debían entender su esencia y todos los cultivos que crecían en ella.
  • Los amarillos eran los guardianes del viento, quienes debían entender el cielo y el flujo del aire para facilitar de la cultivación del Qigong.
  • Los negros eran los guardianes del agua, quienes debían aprender a ser humildes como ese elemento y ser capaces de mantener todas las cosas dentro de ella.
  • Los blancos eran los guardianes del fuego, quienes debían hacer invenciones relacionados con el elemento, como la electricidad y los automóviles.

Si este mito es verdad o no, distintivamente describe las innatas características de las diferentes razas.

La diferencia más grande entre personas chinas y no-chinas no es la apariencia, sino la innata esencia y cultura que se ha acumulado en su ADN.

A través del tiempo, China, El Reino del Medio, fue llamado “La Tierra de Dios”, es decir la nación amada por la divinidad.

El soberano de la China antigua fue llamado “El Hijo de Dios”. La gente de China solía seguir los mandatos de “La Regla del Cielo” en vez de ir en contra del Deseo del Cielo.

En tiempos de indefensión o impotencia, ellos rezan al “Gran Alto Cielo”. Cuando se logra un suceso, ellos están agradecidos por habérseles concedido “el tiempo justo, el lugar justo y la gente justa”.

La gente solía recordarse así misma que: “Tres pies encima de nosotros hay Dioses mirando” y “Las buenas acciones son recompensadas mientras que las malas acciones tiene que ser pagadas”; también, “La Justicia de la Naturaleza es aplicada a toda la humanidad”.

Resumiendo, la cultura china solía ser una cultura divina, basada en la firme creencia del Cielo. Éste es el tesoro más preciado del pueblo chino.

Por desgracia, la mente de la gente ha cambiado con el paso del tiempo. El presente liderazgo sacó de raíz la cultura china y la esencia moral heredada de los pasados cinco mil años.

Algunos sugieren que “el poder estricto” como la ciencia, la economía o los militares pueden hacer que la raza china se eleve nuevamente.

Afortunadamente, ahora hay maravillosas exhibiciones de arte chino, competencia de canto y danzas que recuperan y dan vida a la cultura tradicional china, a estos 5.000 años de cultura que han contribuido tanto a la humanidad.

Deja un comentario